Las isoflavonas (a veces denominadas fitoestrógenos) que contiene la soja tienen efectos beneficiosos para el organismo cuando se consumen regularmente. Los estudios demuestran que el consumo regular de soja puede incluso reducir el riesgo de cáncer de próstata en los hombres, y que no está contraindicado en relación con el cáncer de mama en las mujeres.
Los fitoestrógenos son una gran familia de compuestos. Algunos de estos compuestos están presentes en plantas que a veces se consumen tradicionalmente en Occidente: por ejemplo, las frutas contienen lignanos, mientras que la soja contiene isoflavonas. El regaliz, el lúpulo y la salvia se encuentran entre las plantas con fitoestrógenos, haya o no actividad demostrada (Kuiper, 1998). Las isoflavonas también hacen referencia a una subfamilia de compuestos, dos de los cuales se encuentran en la soja: la daïdzeína y la genisteína.
Tras estudiar los datos disponibles, la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria (AFSSA, ahora llamada Anses) ha establecido una recomendación de 1 mg/kg de peso corporal de ingesta de isoflavonas al día. De hecho, se trata de un límite de precaución, extrapolado de la investigación en roedores.
Por último, cabe señalar que los niveles de hormonas en la leche de vaca también han sido ampliamente discutidos en la comunidad científica durante muchos años. La leche de vaca contiene más de 35 hormonas y 11 factores de crecimiento (Grosvenor et al., 1993). Esto significa que estos compuestos tienen una actividad biológica mucho más significativa, miles de veces mayor que cualquier fitoestrógeno sobre los mismos receptores
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